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jueves, 19 de marzo de 2015

¿Te comes lo que sientes?

Siempre se ha relacionado la comida con la salud y es que
“somos lo que comemos”.

Sin embargo, esta afirmación no sólo se  vincula con la salud física sino también con la emocional y hasta la espiritual.

México, al igual que diversos países en el mundo, enfrenta un grave problema de sobrepeso y obesidad en su población adulta. Una situación que podría originarse por una característica que diferencia a los humanos de los animales: los sentimientos.


Es tan estrecha la relación entre el el cerebro y el estomago que incluso, cuando se experimenta el amor las “mariposas” se sienten en el abdomen. Sin embargo, no todo es bueno. Hay ocasiones en las que se come para ocultar sentimientos que no son gratos ocasionando, a largo plazo, un problema.

Sabores y emociones

En este sentido, se pueden clasificar cinco sabores principales en cuanto al comportamiento emocional de las personas:

Salado  
Muchas personas estresadas prefieren la comida salada llegando al extremo de abusar compulvisamente de ella. Por eso, los alimentos salados están asociados con los estados de tensión y de ansiedad.

Dulce
La imperiosa necesidad por consumir alimentos dulces está asociada con la preocupación.  Es importante observar que el sabor dulce calma la inquietud y el humor excitado, pero también puede llevar a incluso a la dependencia emocional. 

Picante
La comida picante es considerada un excitante físico, ya que estimula las sensaciones corporales y en dosis moderadas puede compensar un estado melancólico.   

Ácido (o agrio)
Por otra parte, el sabor ácido o agrio, con moderación, agudizan el intelecto y promueven el ingenio, pero en exceso puede tener un efecto sobre el carácter, tornando a la persona áspera y llena de resentimientos.

Amargo
En forma moderada los alimentos de sabor amargo benefician el corazón y el intestino y por ello se asocia con la alegría y el amor.  Sin embargo, un exceso de este sabor suele estar vinculado con sensaciones de insatisfacción y frustraciones.



Por ello te presentamos las siguientes señales que te pueden indicar que comes para esconder tus emociones: 

  1. El hambre emocional comienza repentinamente. Todo lo contrario a la física que ocurre gradualmente.
  2. Cuando estás comiendo para mitigar un sentimiento no importa si tu estómago está lleno o vacío, sólo necesitas comer. En este caso tiendes a elegir una comida específica, ya que no te satisface cualquier alimento; una situación contraria sucede cuando es por hambre.
  3. Requiere de una satisfacción inmediata. En específico sobre un alimento poco saludable.
  4. No importa si estás lleno. Sientes la necesidad de seguir ingiriendo, sin importar que esto te cause malestar (dolor o inflamación).
  5. Surgen nuevas emociones. Después del exceso de comida se produce una sensación de culpa.
  6. Experimentas un grado de control. Con cada bocado crees que la situación empieza a tranquilizarse y te sientes más seguro de lo que va a pasar.




Un tip excelente para evitar comer por emociones es el siguiente: detente y realiza respiraciones profundas antes de empezar a ingerir tus alimentos.

Una alimentación balanceada no sólo cuida tu bienestar físico, también emocional.



Gracias por visitar nuestro blog "Ayuda Psicológica en Linea". Recuerda que semana a semana estaré publicando artículos e información sobre Trastornos de la alimentación y Psicología Juvenil, para ayudarte e informarte.

Puedes contactarme vía correo electrónico: pamdguez@gmail.com o escribe tus comentarios y con gusto te atenderemos.

Psic. Pamela Mejía/ Psicóloga de la salud/ Pachuca,México

martes, 27 de enero de 2015

¡Soy adicta (o) al agua!

Cuando queremos iniciar una dieta para bajar de peso o porque simplemente queremos nuestra vida más saludable, es común que comencemos por beber más agua. 

Sin embargo hay algunas personas que exageran ese consumo de agua, o tienen la creencia errónea de que “mientras más agua beba al día, más rápido perderé peso o mi estómago se sentirá satisfecho y no tendré la necesidad de comer de más”.



Sin embargo, el consumo excesivo de agua puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de los impulsos. Se trata de un trastorno relativamente desconocido que consiste en un deseo frecuente de beber gran cantidad de líquido, de manera compulsiva y sin sentir en especial sed, que se acompaña al ser satisfecho de una sensación placentera.

Beber siete o más litros de agua al día se convierte en un problema que precisa atención especializada.

¿Qué es la Potomanía?

La palabra “potomanía” proviene del griego "potoç” (bebida, agua potable) y “µavia” (manía). Podríamos decir que es “la manía o compulsión por beber agua”. Esto se hace compulsivamente, sin tener sed y la persona experimenta una sensación de placer al consumirla. Se pueden llegar a beber 8-10 y hasta 15 litros de agua diarios, dependiendo la gravedad del caso.



En la potomanía se sigue un patrón bien parecido al que se obsesiona por el deporte o las dietas para estar delgado: "Al beber agua compruebo cómo mejoro y me alivio, pero a la vez, refuerzo el pensamiento de que el agua es necesaria para estar sano y/o adelgazar, y la obsesión sigue creciendo; sin darme cuenta, estaré esclavizado por una botella de agua".

En una publicación de España se encontró la siguiente noticia:

Alicia tiene 22 años y es una de esas chicas jóvenes que a todas horas va enganchada de una botellita de agua, porque ha escuchado que el líquido embellece, rejuvenece, adelgaza y ayuda a dejar de fumar.  Emulando a modelos y actrices, cuyo secreto del éxito siempre es beber mucha agua, esta madrileña se tomó su ejemplo en serio como si la vida le fuera en ello y la vida casi se le fue. Entre sorbo y sorbo, terminó ingresada en el hospital Ramón y Cajal tras caer desplomada junto a su inseparable botella porque su corazón, sus venas y sus riñones estaban extenuados de tanta inundación. "Cuando abrí los ojos en la sala de urgencias me sentía tremendamente agotada pero conseguí preguntarle al médico qué tenía y cuando oí algo así como 'poto no sé qué' me quedé perpleja, porque no tenía ni idea de lo que era eso", relata.

La potomanía viene desencadenada normalmente por alguna causa psicológica o cuadro de ansiedad que hace que el individuo se refugie de alguna manera bebiendo mucha agua. En algunas ocasiones este trastorno se presenta ante la negativa de ingerir alimentos buscándolo como un sustitutivo de los mismos.


Resulta muy importante la consulta con un endocrinólogo con el fin de que éste descarte cualquier trastorno hormonal u otra patología  que afecte al área del hipotálamo, donde se encuentra el centro que regula la sed.

Como se ha insistido, en los trastornos alimentarios es muy importante estar al pendiente de los comportamientos  alimentarios de su familiar, amigo o conocido.






Gracias por visitar nuestro blog Ayuda Psicológica en Linea.
Recuerda que estaré publicando artículos e información sobre trastornos alimentarios, deporte y cuidados de la salud.

Psic. Pamela Mejía/ Psicóloga/ Pachuca,México

viernes, 9 de enero de 2015

Propósito de año nuevo: Bajar esos kilos ¿Cómo mantengo mi motivación?

Al empezar un nuevo año es común que nos hagamos nuevos propósitos o los mismos propósitos que no pudimos realizar en el año que acaba de pasar. 

Para la mayoría de nosotros el propósito más deseado y común es: bajar de peso



Por lo regular al iniciar un nuevo año vemos todos los gimnasios llenos de personas haciendo ejercicio por primera vez o retomando sus rutinas, también las consultas con nutriólogos, bariatras y especialistas en nutrición, hasta psicólogos, están al día en los primeros meses del año.

Es inspirador ver en las mañanas jóvenes y adultos corriendo en los parques, vistiendo ropa deportiva para asistir a la clase de yoga o zumba o utilizando la bicicleta para ir al trabajo o a la tienda, llenos de motivación y energía.



Pero… que pasa cuando llegan al tercer o cuarto mes y dejaron de correr todas las mañanas, de asistir al gimnasio y de alimentarse sanamente?

Es posible que, como le ocurre a mucha gente, empezaras con muchas ganas, dando lo máximo de ti mismo, pero luego perdiste parte de la motivación y tuviste problemas para volverte a motivar como al principio.

¿Cómo mantener la motivación y seguir avanzando hacia la consecución de un objetivo? Todo es cuestión de planificar bien las cosas, tener expectativas realistas y ser perseverante. 

Aquí te dejo 10 trucos que te ayudaran a mantener tu motivación en alto:

  1. Elige objetivos que se ajusten a tus posibilidades reales
  2. Entrena en condiciones favorables. Las pistas o el lugar de entrenamiento, los compañeros, la relación con el entrenador, la distancia al lugar de entreno… son importantes para superar momentos duros.
  3. Plantearte objetivos que sean atractivos y estén lo suficientemente cercanos como para que tu nivel de motivación no disminuya.
  4. Procura estudiar los posibles contratiempos que te vas a encontrar tanto en entrenamientos como en competición, y ofrece soluciones para ellos antes de que ocurran.
  5. Es adecuado que busques actividades que te ayuden a desconectar (por supuesto no deben ser incompatibles ni perjudicar tu puesta a punto). Una buena lectura, salir con los amigos, estudiar… eso ayudará a que rindas mejor.
  6. Siéntete orgulloso de lo que haces y no te centres únicamente en lo que deberías haber hecho o en cómo podías haber entrenado mejor.
  7. Valora todo en su justa medida y mejora aquello que puedas mejorar, pero teniendo en cuenta todos los aspectos de tu trabajo.
  8. Recuerda el esfuerzo que te costó hacer tus mejores marcas y no sólo el momento en que las conseguiste. 
  9. Es bueno que quieras ser cada vez mejor, pero también lo es que aceptes los errores como parte del proceso.
  10. Diviértete haciendo lo que más te gusta.

Así que ha cumplir nuestros propósitos y Feliz año nuevo! Buena suerte!


Gracias por visitar nuestro blog Ayuda psicológica en línea.

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viernes, 7 de noviembre de 2014

El ejercicio puede tornarse un habito compulsivo

Todos conocemos los beneficios del ejercicio y parece que, adondequiera que vayamos, oímos decir que debemos ejercitarnos más. 

La actividad física fortalece el corazón y los músculos, reduce la grasa corporal y disminuye el riesgo de padecer muchas enfermedades.

Muchos adolescentes que realizan deporte tienen autoestima más elevada que sus compañeros menos activos y el ejercicio puede, incluso, mantenerlos más contentos a causa de la inundación de endorfinas que el ejercicio provoca. Las endorfinas son sustancias químicas que alivian el dolor naturalmente y mejoran el estado de ánimo. Estas sustancias químicas se liberan en el cuerpo tras hacer ejercicio y durante este, y cumplen una función muy importante para ayudar a controlar el estrés.



Por eso uno se pregunta, 

¿cómo es que algo que tiene tantos beneficios puede tener el potencial de dañarnos?

Muchas personas comienzan a practicar ejercicio porque es divertido o porque les da placer. No obstante, el ejercicio puede tornarse un hábito compulsivo cuando se realiza por razones inadecuadas.


Señales de ejercicio compulsivo.


Si te preocupan tus hábitos de ejercicio o los de algún amigo, hazte estas preguntas: ¿Tú...

  • Te obligas a hacer ejercicio, incluso si no te sientes bien?
  • Prefieres hacer ejercicio en lugar de reunirse con amigos?
  • Te enojas si te pierdes un entrenamiento?
  • Basas la intensidad del ejercicio en lo que comes?
  • Tienes problemas para quedarte sentado porque crees que no estás quemando calorías?
  • Te preocupas por el aumento de peso si un día no haces ejercicio?


Si la respuesta a todas estas preguntas es sí puedes estar padeciendo un trastorno alimentario conocido como Vigorexia o Trastorno de Adonis.



¿Qué es la vigorexia?

Consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que, al igual que la anorexia, aparece como consecuencia de una imagen corporal distorsionada. Normalmente afecta a varones que se perciben como "demasiado delgados" y con insuficiente masa muscular, y como consecuencia realizan ejercicio físico de manera continuada y exagerada, rechazan alimentos grasos e incorporan a su dieta gran cantidad de proteínas e hidratos de carbono. Este trastorno también recibe el nombre de "anorexia atlética".

Uno de los principales síntomas de la vigorexia es un programa persistente de duro entrenamiento que se centra en el levantamiento de pesas con el objetivo de agrandar los músculos. Los pacientes entrenan con dolor y lesiones, abandonan el trabajo y las obligaciones familiares para entrenar, y se obsesionan cuando no están en el gimnasio.



Mirarse al espejo constantemente también es común, aunque, paradójicamente, muchos pacientes son muy tímidos. Al igual que los pacientes de anorexia, ven sus cuerpos imperfectos, y por lo tanto no quieren exponerse al juicio de los demás.

Los medios de comunicación pueden tener un papel muy importante en cómo una persona se ve a sí misma. Con la cantidad de revistas, anuncios y programas de televisión de hoy en día, un hombre (o mujer) puede pensar que es escuálido y débil, cuando en realidad no lo es.



Hay algunos factores de riesgo posibles que contribuyen a este trastorno: la intimidación y burlas durante el período escolar, la falta de armonía de la familia, el perfeccionismo, la tensión severa, el enfoque estético y la influencia negativa de la cultura de masas que promueve un cuerpo idealizado.


El tratamiento de la vigorexia consiste en la atención psicológica (psicoterapia) a largo plazo. El tratamiento de la vigorexia consiste en la atención psicológica (psicoterapia) a largo plazo. 



RECIENTE

¡Estoy muy agotada emocionalmente por mi trabajo! ¿que tengo? 😀

Estoy muy cansada, no del cuerpo, sino de la mente… no quiero ir más a trabajar. Mi jefe es insoportable y los dolores de cabeza y el inso...